
mayo 29, 2017
¿Quién es Rachel L. Mellon?
El Cristobal Balenciaga Museoa le dedica su última exposición
Hace unos días os hablábamos de la exposición Rachel L. Mellon Collection, que expondrá por primera vez el legado que Bunny Mellon, amiga personal y una de las principales clientas de Balenciaga, dejó al Cristóbal Balenciaga Museoa. Hoy nos adentraremos más en la vida de esta extraordinaria mujer, heredera, filántropa y coleccionista de arte que se codeó con la alta sociedad americana del siglo XX.
Rachel L. Mellon, más conocida como Bunny, fue la nieta del químico Jordan Lambert, creador de Listerine, y la hija mayor de Gerard Barnes Lambert, presidente de la compañía Gillete. Se casó en
1932 con Stacy Barcroft Lloyd, Jr., de quien se separó en 1948. Ese mismo año volvió a contraer matrimonio con Paul Mellon, millonario heredero de banca y coleccionista de arte. Juntos coleccionaros cientos de obras de artistas como Georgia O’Keefe, Edward Hopper, Georges Seurat, Pablo Picasso y Camille Pissarro. Bunny también fue una ávida coleccionista de joyas, muebles, objetos decorativos y libros de botánica.
Afamada paisajista, Bunny diseñó los jardines de los diseñadores Hubert de Givenchy,Hattie Carnegie y el jardín de rosas de la Casa Blanca durante la estancia de los Kennedy, de quien era amiga íntima. Kathy McKeon, la que fuese secretaria de Jackie Kennedy, contó en sus memorias que la Primera Dama se ponía nerviosa cada vez que la señora Mellon iba a visitarla, esmerándose porque todo en la casa estuviese perfecto, aunque Bunny estaba lejos de ser una invitada exigente.
Su relación con Balenciaga fue de estrecha amistad, convirtiéndose también en su clienta más fiel. El diseñador le ofrecía un trato de favor, permitiéndole alterar sus prendas (algo que Balenciaga jamás hacía) y diseñándole incluso ropa interior. Realizó para ella cientos de piezas, algunas de ellas incluso por triplicado, para que tuviese una en cada una de sus residencias.
En la exposición que el museo de Getaria presenta durante estos próximos meses pueden verse muchos de estos diseños, pero también correspondencia personal entre ambos o el libro que la propia Bunny encuadernó con los bocetos que el diseñador le preparaba. Objetos que muestran su estrecha relación, cimentada por una pasión común por el arte y la discreción, que ambos llevaban por bandera en un mundo de apariencias y extravagancia.
Bunny Mellon falleció en 2014, a los 103 años, y legó su amplia colección al Cristóbal Balenciaga Museoa, donde ahora se expone.