agosto 24, 2016

Las sombras de Warhol

Andy Warhol en el Museo Guggenheim Bilbao; descubre la exposición de su obra titulada Sombras (Shadows), del 26 de febrero al 2 de octubre de 2016.

Andy Warhol, cronista de una época, era conocido por haber
admitido que le gustaban “las cosas aburridas”, algo que a comienzos de los
años sesenta se relacionaba con la utilización de reproducciones fotográficas
de imágenes encontradas en periódicos, revistas y archivos de imágenes.

En 1978, cuando contaba 50 años, Warhol se embarcó en la
producción de una obra monumental, titulada Sombras (Shadows), que
realizó con la ayuda de su entorno en la Factory. Estos 102 lienzos
serigrafiados daban forma a exploraciones en torno a la abstracción que había
estudiado previamente. Para entender la radicalidad que implican las Sombras de
Warhol, es necesario detenerse en primer lugar en el formato de la obra,
concebida como una sola pintura en varias partes, cuyo número definitivo queda
determinado por las dimensiones del espacio en que se instala. La primera vez
que se expuso, se mostraron 83 lienzos, que se colocaron muy cerca del suelo —a
unos 30 cm—, muy próximos unos a otros y en el orden decidido por los asistentes
del artista.

En el Museo Guggenheim Bilbao se pueden ver los 102 lienzos
que componen la obra, en los que se revela la característica paleta warholiana,
alegre en extremo y de tonos brillantes. El fondo de cada lienzo está pintado
con una mopa de esponja, cuyos rastros y manchas aportan “gestualidad” al plano
pictórico. Las Sombras fueron creadas utilizando siete u ocho
pantallas, como evidencian las leves diferencias de escala de las zonas oscuras
y la presencia de puntos de luz aleatorios. A lo largo de las paredes de la
sala se alternan el positivo y el negativo de las “sombras”.

A pesar de su apariencia repetitiva, el “método mecánico” de
Warhol es, en realidad, totalmente manual. Un hecho importante e interesante de
las Sombras es la irreproductibilidad de su supuesta reproducción, un
tema que pone en tela de juicio la estética del “plagio” de Warhol y define su
proyecto como fundamentalmente pictórico. Lejos de ser una réplica, cada Sombra se
corresponde con una forma que revela su espacio con precisión y rotundidad,
dirigiendo la mirada del observador hacia la luz, que es el tema central de la
serie. Al concentrarse en la sombra para concebir la luz (estallidos de color),
Warhol regresa al problema fundamental del arte: la percepción.